En un rincón especial de mi vida, se desató la chispa de un viaje extraordinario cuando me adentré en la búsqueda de tesoros visuales en árabe para guiar a mi familia en el fascinante camino del aprendizaje. Nunca imaginé que este sendero estaría plagado de desafíos tan inmensos, pero como filóloga apasionada por los idiomas, mi fervor me ha llevado a abrazarlos con entusiasmo.
Mi experiencia políglota, que abarca seis idiomas en diferentes niveles, no solo me ha convertido en una profesora, sino en una perpetua alumna. Conozco de cerca los desafíos que acompañan el inicio de un nuevo idioma y sé, por experiencia propia, cómo mantener la motivación y la paciencia en el proceso de aprendizaje.
En medio de este trayecto apasionante, surgió una pregunta que se convirtió en el faro que iluminó mi camino: «¿Cómo puedo enseñarles árabe a mis hijos mientras vivimos en tierras extranjeras y mi esposo no domina este idioma?». Fue en ese instante mágico que la literatura comenzó a tejer su hechizo en mi vida. De esa interrogante, como un hilo dorado, nació mi colección de vídeos animados, cautivadores y educativos, acompañados de una serie de recursos complementarios que se han convertido en la llave que abre las puertas al mundo del aprendizaje para nuestros queridos alumnos.
A medida que me sumergía más en la creación de estos recursos, descubrí la magia de la tecnología como una herramienta poderosa para el aprendizaje. Con la ayuda de la animación y las imágenes dinámicas, pude llevar a mis alumnos en un viaje interactivo a través del idioma árabe, haciendo que cada lección fuera emocionante y memorable. Además, desarrollé actividades lúdicas y juegos didácticos que no solo enseñaban vocabulario y gramática, sino que también fomentaban la creatividad y el pensamiento crítico.
Pero el verdadero corazón de mi trabajo reside en el amor por el idioma y la cultura árabe. Cada vídeo, cada actividad, está impregnada con el mismo amor y pasión que siento por esta lengua milenaria. Quiero transmitir a mis alumnos no solo el conocimiento del árabe, sino también el amor y el respeto por su historia, su literatura y su gente.
En este viaje, he tenido el privilegio de ver cómo mis alumnos florecen y crecen en su comprensión y dominio del árabe. Ver la chispa en sus ojos cuando descubren una nueva palabra o comprenden una frase compleja es una de las mayores alegrías que he experimentado como educadora. Cada día, me inspiran con su curiosidad y su dedicación, recordándome por qué elegí este camino y renovando mi compromiso de guiarlos en su viaje de aprendizaje.
Así que aquí estoy, en este rincón especial de mi vida, rodeada de libros y papeles, de sueños y aspiraciones, compartiendo mi pasión por el árabe con aquellos que están dispuestos a embarcarse en este viaje conmigo. Y aunque el camino pueda ser largo y difícil, sé que cada paso nos acerca un poco más a la meta: El dominio del árabe y la apertura a un mundo nuevo y fascinante de posibilidades.
Aicha ID Elaouad ID Jaddi